El sector de servicios jurídicos supone un perfecto caldo de cultivo para las ‘start up’ tecnológicas, ya que buena parte de las tareas vinculadas a este segmento son perfectamente automatizables. Un potencial que los despachos de abogados tradicionales quieren aprovechar, utilizando a las ‘legaltech’ como proveedoras de servicios y buscando fórmulas de colaboración. Leer